Cómo escribir un libro y no morir en el intento La faena del escritor quizás ya es conocida, no solo se trata de sentarte una hora por día y tener capítulos completos, sin fallas. Como bien saben es un trabajo diario, pero mucho de él se dedica a corregir, pulir, aprender e inclusive leer. Quiero compartir con ustedes mi experiencia, a diario están presentes dos emociones, la primera es alegría, por cumplir uno de mis miles de sueños y la segunda incertidumbre, me presiona tener un producto digno de mis lectores, yo misma realizo la historia, con consejos de un joven editor amateur realizo una revisión general ortográfica y de estilo, después cuando tengo todo listo lo vuelvo a leer y descubro que no me basta, corrijo otra vez y dejo reposar. Cuando ha reposado quizás tanto como un vino depende su gusto, comienzo a revisar la coherencia, ahora como lector, terminado enmarco en un borrador para imprimirlo ya listo checo los detalles estéticos, en este punto me encuentro con "Lazo...