Mis razones El escritor deja en papel aquello que le ha provocado una impresión, en ocasiones son momentos de verdadera alegría, consternación, ira e inclusive desesperación. Aguardamos a que otro lo lea, no por morbo o desconfianza, pero deseamos saber lo que sintieron con nuestra prosa. Una vez leí que para escribir se tenía que vivir experiencias diversas, en su momento me sentí un poco asustada, mi vida no es interesante o memorable, pero ahora con unos años tras de mí, quiero confesar que he encontrado en la normalidad muchas historias para contar. Emociones enterradas en situaciones comunes y lo más grato, un escape a lo que me envuelve. Esas sensaciones que no se iban, se evaporan tan pronto pongo en papel algún personaje viviendo lo que yo siento. Confieso que no todo es ficticio y tampoco es por completo verdad, quizás emociones acentuadas y momentos imaginarios, pero cada uno ha pasado por mi empatía. He llorado y reído, me sentí ahogar al lado de ...