Mis razones
El escritor deja en papel aquello que le ha
provocado una impresión, en ocasiones son momentos de verdadera alegría,
consternación, ira e inclusive desesperación. Aguardamos a que otro lo lea, no
por morbo o desconfianza, pero deseamos saber lo que sintieron con nuestra
prosa.
Una vez leí que para escribir se tenía que
vivir experiencias diversas, en su momento me sentí un poco asustada, mi vida
no es interesante o memorable, pero ahora con unos años tras de mí, quiero
confesar que he encontrado en la normalidad muchas historias para contar.
Emociones enterradas en situaciones comunes y lo más grato, un escape a lo que
me envuelve. Esas sensaciones que no se iban, se evaporan tan pronto pongo en
papel algún personaje viviendo lo que yo siento. Confieso que no todo es
ficticio y tampoco es por completo verdad, quizás emociones acentuadas y
momentos imaginarios, pero cada uno ha pasado por mi empatía. He llorado y
reído, me sentí ahogar al lado de algún personaje y también le di mi ansiedad a
las páginas.
Estos días descubrí más de mí y del mundo de lo
que pude haber encontrado en años de observar, agradezco vivir un año, un día o
un segundo más. Todo ha valido la pena y no me arrepiento de elegir pasar una
vida relativamente tranquila. Confío menos en la humanidad, pero también creo
que poseemos, en algunos raros casos, la capacidad de ser héroes.
En la actualidad escribo, no por fama, ni por
dinero, de ser ese el caso habría abandonado hace tiempo, sino porque mi mente
me ruega que lo haga y no planeo dejar de crear historias.
Gracias por leerme, con cariño Stephanie.
Comentarios
Publicar un comentario