Los comienzos
La empatía es necesaria para mi proceso, suelo
ver acontecimientos que me provoquen emociones y uso esa sensación en alguna
historia. Ultimarte he dibujado y recuerdo el primer consejo de mi hermano para
comenzar un personaje, él me dijo que siempre iniciaba por los ojos y yo trate
de intentarlo, me funcionó, pero al poco tiempo empecé por las manos, los pies,
la ropa, el pelo y entendí un fundamento que en mi particular estilo era claro,
no tenía nunca un solo punto de partida. Podía comenzar por un pie y dibujar un
corredor flacucho, iniciaba por los ojos y decidía que aquel personaje debía
estar viendo algo en especial y así con cada trazo del que comenzaba. No era
importante en sí desde donde, sino el porqué, de la misma manera abordo la
escritura, dejo que la musa correcta tome mis manos, guie los trazos digitales,
diseñe una historia y voy de a poco descubriendo donde se encuentra el
desgraciado personaje que sufrirá. Desearía decir que no todos pasan por un mal
momento, pero los estaría engañando, hasta en los cuentos de hadas alguien
tiene que sufrir por una cuestión básica, para avanzar, crecer y superar
nuestro punto de partida debemos enfrentar momentos que podrían herirnos.
Suelo pensar en que sentiría yo de sufrir lo
que hago pasar a mis historias, que sería de mi cordura al encontrarme luchando
por mi vida con una criatura nocturna, que tanto aguantaría perdida en un bucle
que parece no terminar nunca o hasta lo desesperada que estaría por escapar de
una relación abusiva, al menos todo eso he pasado para formar mi nuevo libro.
Espero esta breve charla sobre manera de creación los inspire, los ayude o les
impulse a conocer mis historias. Como le dije a mi hermana y mejor amiga, vivo
el sueño de escribir en más de un sentido, me lean o no yo sigo lo que un día
parecía solo un escape del abrumador ritmo de vida.
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